Calla y come... ¡Jamón!

A rebufo del Cansinovirus y de la crisis hostelera, nació Tibericus. El Dios de morro fino que alzando la pata de jamón defiende la buena Vida.

¡Gud laif!

En el recuerdo quedaron aquellos días malos que, aunque parezca mentira, algo bueno nos dejaron. Pues comimos más y mejor y lo hicimos todos juntitos en casa. Nosotros lo sabemos mejor que nadie, pues no paramos de llevar cosas ricas a las casas...O sea nuestros embutidos más selectos y deliciosos, deliciatus de la tierra.

Entonces se nos encendió la lucecita y nos pusimos las pilas para daros lo bueno y mejor. ¡No dejamos ni una cocina de Barcelona sin surtido!

Puede que se acabe el mundo sí, pero nadie se irá de aqui sin probar nuestras mejores "delis" del Cerdus y el Dios Tetus.

Después de todo aquello y, aunque el mal cuerpo no nos la quita nadie... Pensamos que en Pandemia o sin ella ¿Acaso de Tiberis no puede vivir un hombre?

Así nació Tibericus, un canto a la buena vida.  Al buen Comer, a los sabores de siempre.



La verdadera revolución está en tu cocina

¡Que nadie te diga lo que tienes que comer!

Porque la verdadera revolución está muy cerca. Está en tus fogones  o en tu bocata. Hartos de comida que llena tan solo unos segundos como lo haría el cartón. También a tope de pasar hambre a base de dietas esclavistas. Cuidarse sí, ¿hambre porque sí? No.

Dejémonos de bobadas y comamos comida de verdad como la del pueblo o la de la abuela. Dame ese bocata sin pampliinas y con mucho ibérico.

Reunámonos todos como siempre, con pausa y esmero para saborear lo más delicioso de nuestra tierra. Hagamos platos con tiempo, cariño y reposo. A fuego lento. Usemos para cocinar los ingredientes más sencillos pero más sabrosos.

Aunque algunos digan que no hay que vivir para comer sino al revés... Nosotros decimos,

¿Vivir no es, acaso, comer bien?


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